Han pasado muchos momentos, pero no podemos generalizar que todo ocurrirá como antes, ni anticipar, solo podemos suponer o creer, esperar...
Ya nada es como antes, ahora ya no busco el momento, ni si quiera me percato de que pase a mi lado sin darme cuenta, no creo que sea bueno. Pero es lo que hay. Vuelvo a andar sin miedo, pero sin rumbo. Vuelvo a estar sola, pero esta vez es porque yo quiero.
He sido amiga de la ignorancia, y esa vagueza que me caracteriza vuelve a sorprenderme con desaparecer de vez en cuando con algunas motivaciones intrínsecas que surgen espontáneamente, quiero creer que andar sin rumbo sea algo efímero, tal y como fue el sentirme mal tras la ruptura. Ya no siento amor. Siento un vacío, una indefensión aprendida que me ha hecho darme cuenta de lo lejos que están mis sueños, aunque la serendipia pueda sorprenderme de un día para otro.
Siguen poniéndome los pelos de punta las mismas cosas de siempre, y con esfuerzo indago entre grupos musicales que hagan de mi vida algo más lúcida, algo de lo que pueda recordar cuando pase el tiempo. Ahora sí que separo sentimientos de pensamientos, pero tendré que ir con cuidado y no dejarme llevar por las absurdas asociaciones que pueden conducir a cualquiera con una mínima inteligencia a lo que puede ser una montaña desbordada. Hay que controlar la creatividad. Porque fue ese uno de los motivos por los que no escogí ese camino.
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