martes, 20 de septiembre de 2011

Filosofía irracional de la felicidad

La felicidad no tiene que depender de estar bien con todo el mundo, ni si quiera tiene que depender de los demás. Porque el resultado final sería que llevando las cosas a último extremo, uno llega a renunciar a vivir su propia vida, dejándola en manos de los demás, de manera que uno piensa, actúa, incluso viste, no por propia convicción, sino para quedar bien con los otros, porque "es horrible" que alguien se disguste con uno.
Hay que asumir que hagamos lo que hagamos, siempre encontraremos a un pequeño porcentaje de personas que estarán plenamente de acuerdo con nuestros actos y opiniones, otra pequeña porción de gente se opondrá a nuestros proyectos, y otra inmensa mayoría se sentirán indiferentes ante nuestras acciones.

"Depender de los demás
para alcanzar la propia autoestima
es el camino más angustioso y
neurotizante que podemos elegir"



Ramiro J.Álvarez, Para salir del laberinto

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