Tengo que encontrar la forma. La manera. La razón.
Tengo que lograr volver a verlo todo nítido, y aprender a volver a confiar con más fuerza que el año anterior.
No se percibe mucho cambio este año, y noto que estoy sin poder aferrarme a algo de lo que pueda estar segura, con menos obstáculos pero sin tanta necesidad de conformarme con cualquier cosa.
Solo me tranquiliza la sensatez o la costumbre de sentarme en el mismo lugar, o las pequeñas cosas que hacen del presente algo nuevo, aunque no alegre.
Necesito notar que me necesitas.
Que ellos también me necesitan.
Necesito sentir que no estoy aquí solo por estar. Que hay una misión más allá de la de uno mismo.
Seguiré mientras tanto levantándome pensando en él, y con deseos de que llegue otra noche como la del último agosto, al menos mi ánimo que típica y desgraciadamente está regido por el clima, era algo más libre ahí, al menos mis mañanas eran lúcidas, y no nubladas.
Solo queda la calma de no tener que estar al lado de muchos ingratos, y quedan aún las lágrimas que si no son vistas cada día, son cada dos... y aparecen sin mi consentimiento queriendo volver a mojar mis manos.
No me hace falta mucho más para ser feliz. Solo me hace falta eso, una simple muestra de aprecio de él. Solo una respuesta, o una señal de que sigue ahí como ha estado todos estos meses.
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