domingo, 17 de julio de 2011

Habladurías



Es indudable que somos, tenemos conocimientos adquiridos y actitudes establecidas, todas por experiencias propias o genéticas, que a las genéticas yo las llamo experiencias ajenas innatas, las más profundas. Pero no me gusta caracterizarme por la identidad que he creado, sino por el potencial que tengo, lo que me gustaría llegar a aprender, lo infinitos que podemos ser. Aunque ese hecho me haga creer que todos podemos llegar a ser totalmente iguales. Somos potencial, no experiencias.

Me podría definir como un ser en continua expansión, intento andar sin reglas preestablecidas que yo considere inútiles, no me dicto por los sentimientos, ni por los pensamientos más racionales, lo neutro es la respuesta. No me gustan las frases hechas, ni las leyes ni las fronteras ni los prejuicios ni las tradiciones, odio las evidencias que no tengan una base física, las afirmaciones sin argumentos, no soporto una respuesta “porque sí”.

La duda es lo que nos hace progresar, la ciencia se basa en poner en duda una serie de proposiciones establecidas, preguntarse el por qué de las cosas más elementales es el pilar fundamental.

Porque todo lo que en esta vida ha tenido relevancia y ha sido de admiración ha sido por pura revelación, por llegar a poner en duda algo, la propia ciencia como se ha dicho, la literatura, la música, el cine, la pintura… las más valiosas creaciones no hubieran existido si aquellos genios no se hubieran salido de los esquemas tradicionales, si se hubieran seguido basando en lo que su cultura y época consideraba algo normal. Si la vergüenza, la introversión, el miedo a ser diferentes… hubieran ganado a todos aquellos genios, ahora no sabríamos que existían mentes privilegiadas.


“A veces hay tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto, y que mi corazón se está derrumbando” American Beauty

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