sábado, 15 de febrero de 2014

Fuera



Me usas para tu propio beneficio. No te importo. Cuando yo era un vehículo para llegar hacia ella, bien aprecio me tenías, aprecio que ahora noto que no era más que una gratitud superficial, egoísta no más que para sentirte bien consiguiendo tus metas. Cuando la tuviste, me cuidabas, no por la que yo era, sino por lo que significaba ser su amiga para ti. Ahora que has mostrado tu verdadera “identidad” si es que la tienes, y ya no la necesitas a ella, sólo a él, ahora, solo soy un estorbo para ti, le quito el tiempo que tú puedes pasar con él, pero yo sigo siendo la misma. Lo único que ha cambiado ha sido tu condición, y tu persona, te has topado con la realidad de cabeza, estás viendo que la gente puede ser más feliz que tú, y que lo que tienes ahora no es mucho. Me estás tratando como la mierda a escondidas, y como una más a ojos de él, aquel amigo que para ti es el más importante, la persona más importante para mí también. No te lo voy a quitar, no soy como tú. Si es a lo que tienes miedo. No. Yo soy mucho más justa y doy lo mismo en todas mis relaciones sociales. Estoy harta de que me escupas la cara a escondidas, de que no me digas nunca lo que piensas ni aunque te lo pregunte. Que hacerte el tonto se te da de maravilla. Estoy muy harta de ti. De cómo te estás comportando. Conmigo y con las personas más importantes de mi vida.
Ojalá leas esto algún día y te sientas identificado, porque si es así me alegraré de saber que te has dado cuenta de que eres así.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Una vez más, aquella.



Hace mucho que no me siento inspirada para escribir. Y no significa que se me hayan acabado las ideas. Quizá esas dichosas redes sociales con caracteres restringidos han hecho de nosotros seres totalmente concisos y directos, escuetos creativos para los más participantes y vagos confirmadores de lo que leen para el resto.

¿Qué hemos querido conseguir con todo esto? Quiero decir, la tecnología, los seres humanos llevamos décadas y siglos inventando instrumentos uno tras otro para hacernos la vida más sencilla, y sin saber cuál es el sentido de la vida, nos dirigimos a un estado psico-traumático donde no tenemos qué pensar y sólo nos queda aferrarnos a esas máquinas que tanto trabajo nos han costado y perdernos en un sinsentido patológico donde aparecen problemas de adicción a las tecnologías, a las compras, y un sinfín de alteraciones conductuales para no pensar en lo que NO queremos pensar. Qué hacemos aquí. Dónde estamos. Cuál es nuestra misión.
Tratamos de ocultar bajo tierra todas esas preguntas, antes, con la religión, afortunados aquellos que aún están bajo sus premisas, y ahora con tecnología.
No es arriesgado afirmar que casi todo lo que rodea al ser humano trata de evitar o evadir esas preguntas, y es que el que nos “hayan otorgado” una mente y por ende una conciencia propia, como dice Erich Fromm, nos da esa separatidad  con la naturaleza, la metacognición que termina por acabar con nuestro bienestar natural.

Escucha el Tema