No me puedo creer que la realidad me esté pegando tan fuerte. El pasado es bonito, pero no todo se puede conservar en una bolsita de plástico, la amistad se va rompiendo con el tiempo.
No puedo compartir todas mis inquietudes y pensamientos con una sola persona, con cada una expreso una parte de mi, y esque me falta alguien para sentirme totalmente liberada, alguien como ese que estuvo dos años mintiendo de su existencia, o aquel otro que piensa que la pantalla es insuficiente para comunicarse. Pero esa parte de mí debe salir y no sé cómo.
Me había dedicado últimamente a ser yo misma y saltar con las cosas que no me gustaban, quejarme y alejarme de las manipulaciones, tanta dedicación me ha llevado a un extremo nada bueno, debo ser yo misma, pero con límites, no ser demasiado agresiva ni demasiado cobarde, cuidar a mis amigos, da igual la gente, pero mis amigos tengo que cuidarlos, ellos me dan lo que soy.
Más que nada, cayarme. Pensar antes de hablar. Es curioso, de pequeña era al revés.
Y si tengo dos maneras de ser, sacar cada una con la persona y momento adecuado, eso es, pensar antes de hablar.
Pensé que ya había llegado al final de este asunto, pero quizás deba pulir aún más mi personalidad.
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